Echaremos todos los ingredientes en un bol y los mezclaremos hasta que quede un masa uniforme y poco hidratada.
Iremos intercalando el amasado de 2 ó 3 minutos con descansos de 10 minutos.
Cuando la masa esté lista, la colocaremos en un recipiente, la taparemos y la dejaremos reposar hasta que aumente de tamaño un 30% aproximadamente
A continuación la introduciremos en el frigorífico a 4°C ó 5°C y la dejaremos fermentar durante 1 a 3 días.
Pasado ese tiempo, cuando la queramos consumir, la sacaremos de la nevera 4 o 5 horas antes, la dividiremos en 4 porciones iguales y las haremos bolas
Dejaremos reposar, a temperatura ambiente, las bolas en una superficie con harina y cubiertas hasta que doble su volumen (el tiempo dependerá de la temperatura ambiente).
Cuando haya duplicado el volumen, las pondremos en una superficie enharinada y la iremos estirando desde el centro, sin aplastar los bordes, hasta que quede a nuestro gusto.
Seguidamente, pondremos los ingredientes deseados y lo meteremos en el horno a 480°C durante 1 minuto.
Las bolas de masa que no usemos, las podremos congelar envueltas en papel film y metida, a su vez, en una bolsa hermética.