Si comes embutidos mejor que sean ibéricos de bellota. No pasa nada por comerlos de vez en cuando, sobre todo si son ibéricos de bellota ya que tienen cualidades cardiosaludables y son ricos en vitaminas y minerales.
Partiendo de la base de que los embutidos son productos alimenticios en los que se utiliza carne de primera calidad y son sometidos a un proceso natural de curado, no deberíamos poner impedimento a su consumo.
Los embutidos pueden ayudarte a crear entre comidas que se adapten a tus macros y te permitan llegar a tu cantidad de proteína diaria.
Sin embargo, también es cierto, que los expertos nos aconsejan que este sea moderado debido a su contenido en grasas y sal.
No podemos obviar que la carne, ya sea de cerdo, ternera o ave, son una importantísima fuente de proteínas de alto valor biológico.
Su consumo es recomendable para todo tipo de dietas, especialmente para aquellas en las que se necesita un aporte extra de vitamina B o minerales fundamentales como el hierro o el zinc.
Entonces ¿Dónde está el problema? Según los expertos de la nutrición, el abuso de los productos cárnicos procesados, como es el caso de algunos embutidos, y mucho más los fiambres, puede llevar a crear problemas de salud.
Por eso lo mejor es conocer cuáles son los mejores, y para descubrirlo tendremos que revisar las etiquetas.
Si puedes elegir hazlo por aquellos que tienen un mayor porcentaje de carne y, si puede ser, a los que no se les han añadido sustancias sospechosas como sodio, grasas saturadas o aditivos, como son todos nuestros productos
Cómo comer embutido estando a dieta
El embutido es uno de los alimentos más socorridos dentro del universo de la alimentación.
Del mismo modo que podemos tomarlo durante un aperitivo, acompañado de un buen vino, también nos sirve como el perfecto acompañamiento para un estupendo bocadillo, sin olvidar que es uno de los ingredientes fundamentales en distintas comidas de cuchara tradicionales.
En el caso de estar a dieta no es necesario que tengas que renunciar a uno de tus alimentos favoritos, aunque tendrás que seguir algunos consejos que te pueden ayudar.
- El primer paso es intentar no abusar. Es importante comer con moderación y sin acompañarlo de pan ni, por supuesto, bebidas gaseosas o alcohólicas.
- Escoger aquellos embutidos que contengan menos grasas y contengan mayor cantidad de carne. A poder ser elige los ibéricos, de cebo o bellota.
- Inclúyelos en tus guisos de cuchara o mezclados en revueltos de verduras. Dejarán un sabor estupendo aunque, si quieres, no es necesario que te los comas. Para las legumbres, por ejemplo, son un acompañamiento fundamental.
¿Cuáles son los embutidos con menos calorías?
Ya hemos visto como los fiambres no entran dentro de la categoría de embutidos como tal. Sin embargo, son los que más presentes están dentro de la mayoría de dietas de adelgazamiento, algo que resulta especialmente desaconsejable.
Es cierto que su aporte calórico es mínimo, pero la gran cantidad de aditivos que lleva, así como el proceso al que es sometido, no resulta ser especialmente sano.
De este modo vamos a centrarnos en los embutidos como tal y haceros una lista de aquellos que aportan menos calorías pero sin dejar de ofrecernos todos los nutrientes necesarios para el organismo, porque aunque estemos a dieta, nuestro cuerpo necesita vitaminas y minerales, entre otros, para poder funcionar.
Lomo embuchado
Este se elabora con la carne de la caña del lomo, la pieza más noble (y menos grasa) del cerdo ibérico, se adoba con pimentón de denominación de origen y se cura durante 2 o 3 meses. La temperatura y la humedad se regulan con braseros de carbón de encina y humidificación dirigida.
De todos los embutidos que encontramos en el mercado, el que menos aporte calórico ofrece es el lomo embuchado.
Gracias a su proceso de curado, la mayoría de agua que contiene la carne de cerdo desaparece, de este modo todos los nutrientes aparecen concentrados.
- No en vano, se trata de uno de los alimentos, que junto al jamón, ofrecen mayor cantidad de valor proteico, llegando al 50 %, ya que al comer bellota (que contiene un 63% de ácido oleico), el cerdo es rico en grasas monoinsaturadas que favorecen el equilibrio del colesterol en sangre y no aumentan los niveles de colesterol “malo”.
Esto, junto a las grasas insaturadas, que llegan al 20 %, forman la combinación perfecta para una excelente alimentación.
Cabe destacar que es un alimento rico en proteínas, sodio, potasio, fósforo, hierro, magnesio, zinc, calcio y vitaminas K, E, B1, B12 y B3. Aún así, no es recomendable para personas que sufran de tensión alta porque es rico en sodio.
Salchichón, el más aromático
Este tipo de embutido se elabora a partir de carne magra de cerdo ibérico de bellota y se condimenta con pimienta blanca y nuez moscada.
Tienen proteínas: debido a su proceso de curación poseen un alto valor proteico que los convierte en productos menos pesados.
Chorizo, con toque de pimentón y ajo
Chorizo ibérico
De todos los embutidos considerados «peligrosos para la dieta» es el chorizo el que, sorprendentemente, tiene menor aporte calórico.
Eso sí, siempre que nos aseguremos de que se trata de un producto de calidad en el que su mayor ingrediente sea una buena carne de cerdo y su proceso de curación haya sido el adecuado. De todos modos, como en cualquier otro nutriente, no es conveniente abusar.
Jamón ibérico
Aunque no deberíamos considerarlo como un embutido en sí mismo, ya que no está picado e introducido en una tripa, es importante destacarlo como uno de los mejores aliados para las dietas de control de peso. Además, es fuente de proteínas, minerales y vitaminas.
Especialmente tomado solo es capaz de saciar el hambre con facilidad, al mismo tiempo que su aporte calórico es mínimo. También resulta un complemento ideal para otro tipo de platos más elaborados.
Un sabor particular
El 46% de los españoles desconoce que existen varios tipos de cerdo. Pero entre los paladares más exigentes destaca siempre el ibérico en primer lugar, según una reciente encuesta sobre consumo. Y es que con esta variedad se elaboran los productos más jugosos, de sabor más delicado y más saludables.
El secreto del sabor de los ibéricos
Solo en España se cría el cerdo ibérico, una raza que crece en libertad y se alimenta de bellotas en los bosques de encina, lo que determina el peculiar sabor de su carne.
Además de bellotas, este cerdo come raíces y hierbas, de manera que mientras busca el alimento hace ejercicio, retardando su engorde, fortaleciendo sus músculos y consiguiendo que la grasa se infiltre más. Por eso su carne es más jugosa.