Tan sólo olerlo despierta tus sentidos y su sabor es inconfundible. El jamón ibérico siempre ha sido sinónimo de exclusividad y de menús festivos. Históricamente fue un capricho no apto para todos los bolsillos pero, por suerte, hoy día se ha democratizado. Hasta el punto de convertirse en un ingrediente esencial no sólo por su versatilidad y sencillez, sino por los innumerables beneficios que aporta a cuerpo y mente. Cada vez es más común que los especialistas en nutrición incorporen los productos ibéricos en la lista de alimentos recomendados pues el jamón es bueno para el colesterol y se trata de una valiosa fuente natural de proteínas, minerales y vitaminas.
La grasa del jamón ibérico es rica en ácidos insaturados. Debido a su alimentación (frutos de la encinas o alcornoques), el cerdo ibérico posee un muy alto contenido de ácido oleico que contribuye a aumentar el llamado ‘colesterol bueno’, proteger el sistema circulatorio y las articulaciones o controlar la presión arterial. Una forma fácil y sabrosa de evitar problemas cerebrales y vasculares.
Ya sabemos que el jamón es bueno para el colesterol, pero además, nos aporta vitaminas del grupo B, incluido el ácido fólico, que ayudan a que el sistema nervioso central se mantenga estable y a la producción de glóbulos rojos; y también vitaminas C y E, ambas antioxidantes y, por lo tanto, previenen el envejecimiento celular y protegen el sistema inmunológico.
En cuanto a su aporte de minerales está repleto de calcio, cobre, hierro, magnesio, zinc, fósforo y selenio. Para hacerse una idea, 100 gramos de jamón ibérico de bellota aportan el 20% del hierro que debe consumir a diario un adulto (entre 3 y 4mg cada 100gr de jamón). También es una notable fuente de proteínas, en concreto péptidos y aminoácidos , que son muy importantes en dietas hipocalóricas y son fáciles de asimilar por el organismo y resultan más saludables que la carne roja. Así, 100 gramos de jamón ibérico de bellota aportan al organismo alrededor de 335 kilocalorías y 43 gramos de proteínas, por tanto, es ideal para favorecer el desarrollo de la masa muscular.
Y, para que vamos a engañarnos, está buenísimo y resulta ideal para cualquier momento del día. Desde el desayuno –pocos perdonarían esa tostada con tomate rallado, un buen aceite de oliva y jamón ibérico encima– hasta la cena –porque el melón con jamón computa como fruta claramente–. Hay una infinidad de maneras de prepararlo, eso sí también hay muchas calidades y su procedencia es fundamental para definir el sabor. En Econatura Gourmet garantizamos productos artesanos y ecológicos. Nuestro jamón proviene de cerdos ibéricos alimentados y criados en libertad en amplia dehesa resultando una pieza de sabor inconfundible, elaborada de forma tradicional y curada durante un periodo no inferior a tres años en secaderos naturales de la Sierra de Guijuelo.
En definitiva, un bocado exquisito ideal para preparar todo tipo de entrantes en pocos minutos. Hoy, te dejamos una idea de snack para sorprender a los que más quieres y presentar el jamón ibérico que incluyen nuestras cestas de San Valentín.
Rosas de jamón ibérico
Ingredientes:
- Palitos de pan tipo Grissini
- 100 gr Loncheado a cuchillo de Jamón Ibérico de Econatura Gourmet
- Tallos de cebollino
Elaboración:
Utilizaremos un palito de pan para simular el tallo de nuestra rosa y sobre uno de sus extremos iremos enrollando dos lonchas de jamón para simular los pétalos de la flor. Lo haremos dejando diferentes alturas, dándole un poco de forma con los dedos, para simular su forma característica. Para fijar el jamón al grissini usaremos un tallo de cebollino que ataremos como si de un lazo se tratase. Repetiremos la operación las veces que queramos –qué mínimo que media docena–.
Para presentar las rosas se puede usar un vaso de tubo o una copa larga. Un truco puede ser poner sal gorda al fondo del vaso para que se sujeten los palitos con mayor facilidad.
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