No nos vamos a engañar. Nos sobran los motivos. De hecho, si tuviéramos que elaborar una lista de buenas razones por las que beber vino lo tendríamos bastante fácil.
Bastaría con ceñirnos a lo científicamente probado para destacar que mejora la digestión –sus azúcares ayudan al aparato gastrointestinal a funcionar a máximo rendimiento–; evita trastornos como el síndrome del colon irritable; previene la diabetes –es fuente de antioxidantes y parece ser capaz de reducir los niveles de insulina en la sangre–; frena el envejecimiento celular –está lleno de sustancias como flavonoles, antocianinas o ácidos fenólicos que actúan contra los radicales libres–; reduce el colesterol malo –siendo rico en resveratrol actúa como vasoprotector, impidiendo que las moléculas lipídicas obstruyan las venas–; protege la salud del corazón; e incluso que fortalece nuestro cerebro.
Y, no, esto último no es broma. Son muchos los estudios que demuestran que, gracias al consumo moderado de vino, nuestra capacidad de respuesta a los estímulos mejora tanto en calidad como en velocidad, además de dificultar la aparición de posibles enfermedades degenerativas como podría ser el alzheimer. Eso sin olvidar que el vino tiene propiedades que ayudan a reducir la cantidad de bacterias tras el consumo de alimentos por lo que se reduce la posibilidad de sufrir gingivitis y caries.
Aunque, continuando con la sinceridad, lo más probable es que empezáramos argumentando que beber vino es muy placentero y hablando de su sabor pues de sobra sabemos el disfrute que supone tomar una copa de vino y cómo un correcto maridaje puede convertir un buen menú en una experiencia sobresaliente.
Y es ahí donde en Econoatura Gourmet podríamos hablar durante horas de uno de nuestros productos estrella, orgullo de nuestra marca: el vino Isabel I Ecológico 2020.
Elaborado en su totalidad con uvas Verdejo cultivadas bajo agricultura orgánica 100% certificada y con D.O Rueda, nuestro vino se produce gracias a una fermentación controlada con levadura natural seleccionada a temperaturas de 18-22ºC. Para ello separamos los diferentes racimos dependiendo de las uvas que vienen de diferentes suelos y el vino permanece con lías finas durante un tiempo controlado. Su estabilización y filtración es natural. Y ahí es donde nos gusta ahondar en que Isabel I no contiene sulfitos añadidos y cómo su producción es lo más respetuosa posible con el medioambiente pero a ese capítulo le dedicaremos un artículo completo en el blog más adelante…
Ahora, mejor centrarnos en su color amarillo pajizo con reflejos verdosos, su acabado limpio y brillante. A los aromas concentrados varietales y minerales, con notas de laurel e hinojo, que nos regala en la copa. Al gusto seco, equilibrado y sabroso, redondo y ligeramente ácido que permite un final largo y elegante.
Isabel I, cuando el vino es un premio
Un sabor gracias al que, en su corta vida, Isabel I ha cosechado ya infinidad de galardones como el premio al mejor vino de España y Portugal 2021 otorgado por el jurado de los Premios VinDuero-VinDuero 2021; el premio Baco de Oro a la nueva marca fallado tras catas a ciegas de más de 50 jueces, miembros de la unión Española de Catadores, encargados de valorar con rigor y profesionalidad los mejores vinos jóvenes de la cosecha 2020; o las dos medallas de plata en el concurso Best of Spain Wine Challenge de Irlanda y Paises Bajos. Y no sólo premios sino también los halágos de expertos y consumidores de vino como Isabel Blanco de Vinetur o Javier Campo de Wine&Grapes News.
Como ves, te sobran los motivos para que complementes tu dieta con una copa de vino así que ¿por qué no empezar probando un blanco único como nuestro Isabel I?
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